martes, 18 de diciembre de 2007

PLACERES



 Ir en el carro con la ventana abierta y sentir el viento frío y fuerte en la cara;
 Despertar con la persona amada a tu lado todos los días y dormirte con ella;
 Ir corriendo solo en la autopista con tu música preferida a todo volúmen;
 Amar;
 Hacer el amor, con ella;
 Hacerla reír;
 Sentir emoción;
 Nadar y pensar mientras lo haces;
 Bañarse en el mar y correr olas;
 Leer;
 Comer exquisito con un buen vino y ella;
 Beber con los amigos;
 Fumar – Jumá;
 Ver el atardecer en 360 con un martini, 16 tequeños y ella;
 Viajar;
 Ir al Yoga con ella;
 Entrar y salir mil veces de la casa el sábado para hacer solo 2 cosas;
 Sentir el cariño de las personas que quieres;
 Dar cariño a las personas que quieres;
 Escoger el regalo de ella;
 Mandar a lavar el carro;
 Ir a Choroní;
 Ir a Playa Azul;
 Estar cerca de los sobrinos que crecen;
 El abrazo de mi madre y el de mi padre;
 Tocar el violín;
 Cantar mientras me ducho, silbar;
 Acariciar un perro y jugar;
 Hablar – Conversar- Comunicar;
 Reír a carcajadas;
 Escribir;
 Dormir y Soñar;

Que el año 2008 este lleno de estos y otros placeres. Hasta entonces.

martes, 11 de diciembre de 2007

MULTAS



Esta mañana me agarró un policía de Baruta mientras manejaba y hablaba por mi celular, yo como cualquier caraqueño no entendía la razón, hasta que me di cuenta de que estaba en Baruta, no en Sucre ni Libertador, donde la ley no existe, sino en un municipio de Caracas donde se intenta poner orden.

Cuando el fiscal se acercó a mi carro, me dijo: ¿Sabe por que lo paré no?, a lo que intenté contestar que no, pero la vergüenza me lo impidió y finalmente asentí, le di mi licencia, mi certificado médico, y mi cédula de cuando éramos felices siendo solo República de Venezuela.

Mientras el tipo se alejó del carro a verificar mis documentos, pensé, ¿coño cuantas veces me ha pasado esto?, y uno tras otro se agolparon los recuerdos en mi mente, fiel heredero de mi abuelo Edgar a quien un policía reconoció en la foto de la cartera de su hermana, pues lo paraba a cada rato en una Caracas que ni soñaba con el nivel actual de tráfico.

Hace un año, estando desesperado en la cola de la avenida Francisco de Miranda, resolví dar la vuelta en “U” sin darme cuenta que un fiscal me estaba observando atentamente, al terminar la maniobra abusiva el fiscal me detuvo y multó con mas de 10 unidades tributarias, que nunca pagué y que hoy son casi 400 mil bolos, próximamente 400 Bolívares Fuertes. Doble abuso.

En junio de este año, Raque me animó a estacionarme al lado de varios carros, que en una calle de Los Palos Grandes, estaban “mal” estacionados en perpendicular, en una zona escolar, como ví todos esos carros allí tan tranquilos, me decidí y dejamos el carro allí. Al salir de comer un sushi muy bueno, la sorpresa fue la calcomanía que en mi parabrisas me increpaba ser un abusador por estacionarme en “espina de pescado” en zona escolar. El resultado de esto fue 1 hora y media tratando de arrancar la calcomanía que me impedía ver al manejar, la cual salió con Coca-Cola, que parece ser el remedio mas útil. Tremendo pegoste.

Siendo abogado litigante en 1998, intenté dar una vuelta en “U” en la calle de los tribunales de Los Cortijos, estaba muy apurado pues necesitaba llegar a un acto y estaba atrasado. El fiscal me retuvo por 20 minutos, pasados los cuales me dejó ir, no sin que antes le reclamara como podía no tener libreta de multas y haberme detenido por 20 minutos para nada. Temerario.

Antes de irme a vivir a Madrid en 2001, en Chacao me detuvo un policía por estar hablando por el celular mientras manejaba, la multa fue de algo más de 100 mil Bolívares, la cual pagué antes de vender el carro. Apuro.

Recién llegado de Madrid dejé el carro de mi madre estacionado en zona prohibida, al lado del Centro Comercial Galerías en Prados del Este, tardé solo 5 minutos, suficientes para que la policía se llevara mi carro con una grúa. Desastre.

El policía se acerca denuevo y me pregunta: Amigo, ¿a usted lo han multado antes? A lo que respondí: ¿NO, a mi? Jamás. El policía me dice entonces, hoy lo voy a dejar ir, la multa es de 15 Unidades Tributarias, o sea, mas de 400 mil Bolívares, se la voy a perdonar, pero recuerde que debemos todos colaborar para cumplir la ley.

lunes, 3 de diciembre de 2007

DICIEMBRE




No me caracterizo por ser precisamente navideño, y es que en esta época del año se me saltan las emociones y me da como tristeza.

No soy como otra gente, a quienes la navidad les da por la alegría desbordada y bailan gaitas a rabiar, andan contando las hallacas que se comieron, atesoran los rones, ponches crema, y wiskys que se han bebido, anochecen en un centro comercial, haciendo las compras de rigor, y salen de bonche indefectiblemente el 24 y el 31. Tampoco soy aquel que se deprime ó malhumora esos días, solo se me facilita la tristeza.

De niño para mi la navidad era la época en la que salía esa pajita morada en todo el Ávila, la misma que de adolescente me daba asma, en esa época hacía un poco de frío en Caracas-todavía hoy-, sonaban las gaitas por todos lados, y mi familia viajaba a Mérida en carro, donde nos esperaban abuelos, tíos y primos. Mis dos hermanas y yo nos íbamos enloquecidos de felicidad pues se abría un mundo de juegos con los primos y primas.

En Mérida el 24 de diciembre Carmencita se disfrazaba de San Nicolás, y entregaba los miles de regalos a toda la familia, los abuelos, 6 hijos, sus esposas/sos y en su mayor momento como 21 nietos, aquello era interminable. Luego en la madrugada mis padres nos ponían al lado de la cama los regalitos del Niño Jesús.

En Mérida, a diferencia de mi casa en Caracas, había arbolito, y un pesebre grandísimo hecho por mi abuela Mameye, con laguitos, montañas con picos nevados, cascadas, ovejas de anime y algodón, los fulanos pastorcitos, y unos ángeles que me parecían un poco enigmáticos, era así como un Belén andino. También se hacían hallacas, y siendo una familia tan grande la fiesta era permanente.

El 31 de diciembre era raro, pues no había regalo, y un poco fastidioso eso de la pinta para estar en la misma casa, el momento cumbre era, por supuesto, cuando daban las 12, y empezaba la lloradera de todas y algunos, de niño nunca entendí por qué lloraban, ahora podría llorar desde antes de las 12.

El llanto terminaba cuando mis primos mayores iniciaban la echada de cohetones y triqui-traquis, que desembocaban en la quema del año viejo, un muñeco hecho por el tío Edgardo, siempre con un tema político.

Ya de adulto la navidad cambió y pasó a ser época de echarse palos y rumbear. Recuerdo una navidad en que toda mi familia se fue de Caracas y me quedé solo, era un estudiante de 4to año de derecho, no creo haber vuelto a rumbear tanto en tan corto tiempo, creo que no vi la luz del medio día en 10 días, mi amigo Roberto, María Alejandra y yo descocimos Caracas, y nos bebimos casi una caja de whisky “Ye Monks” de mi padre, los cigarrillos nunca alcanzaban, y a golpe de 7 AM, la emprendíamos contra las colillas.

Caracas es una fiesta en diciembre, desde el 1ero hasta el 24. Uno puede enfermarse de tanto comer y beber, no poder más de tanto reír y compartir con familia y amigos, y gastar tus utilidades en los 12 regalos que “tienes” que dar, más el tuyo mismo. Después del 24 de diciembre la ciudad muere literalmente.

He pasado algunos 24’s y 31’s fuera de Caracas, los prefiero por aquello de la desconexión de los sentimientos. En Madrid recuerdo uno con Clutch, ambos sin familia, pelando, y sin plan, lo pasamos muertos de frío en mi piso de la Calle Pedro Heredia a punta de vino tinto y música desde mi laptop.

Otro anterior lo pasé en Berna con la familia de mi cuñado, su padre Max nos invitó a acompañarle a cantar villancicos con el coro del vecindario, a varios grados bajo cero, en la madrugada del 25, fue un momento sublime.

En Roma recibí el año 2002, en medio de un baile de vals y miles de botellas de champaña en la Piazza del Poppolo, luego recorrí la ciudad con Luis Guillermo, bebiéndonos el año nuevo hasta el amanecer. En Bogotá con Andrés, Mauricio y Ángeles recibí el 2003, fue como estar en Venezuela pero con otra familia.

Quizá el mejor, lo pasé de la manera mas sencilla, como casi nadie piensa sea ideal, en un avión a muchos pies de altura, cruzando el Atlántico, le dije Feliz Navidad a la mujer que amo, así es la nostalgia navideña.

Diciembre es sin duda un mes particular, de tristezas y alegrías entremezcladas, pocos son quienes pueden, en occidente, escapar al espíritu de esta época del año, ¿entonces? pasarla bien ó que nos sea leve, ustedes dirán.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

ENTRE REFORMAS Y CAMBIOS


Es imposible en esta semana abstraerse del tema que terminará con la decisión sobre la reforma constitucional en Venezuela, lo he intentado, y no tengo en mi cabeza otro tema que éste, con lo cual es de ésto de lo que hablaré.

Entre tantas reformas y tantos cambios que hemos venido sufriendo desde hace ya casi 9 años, es ésta, la reforma Constitucional planteada por el Presidente y el Poder Legislativo, quizá la que más nos acerca a un definitivo y rotundo cambio de rumbo en Venezuela. Y es que, de entrada decir que las políticas del Estado deben estar dirigidas a construir el socialismo, no es poca cosa.

Así pues, establecer en la Constitución del país una limitación tan feroz a la posibilidad de conseguir formulas diversas y adecuadas para el desarrollo, que sean ó no socialistas, implica la adquisición de los boletos del tren que nos llevará a eternizar en el país la conflictividad y el atraso.

La Constitución, debe ser un documento que, nos unifique, nos incluya a todos, pues es el documento que nos pone de acuerdo en un conjunto de mínimos que garantizan la participación de todos en la vida nacional. NO este proyecto que nos separa de entrada, al establecer que el estado es socialista, cuando habemos millones de venezolanos que no creemos en un estado socialista como única vía, eso nos lleva directo a la exclusión de muchos y al conflicto permanente seguro.

La Constitución debe ser la carta fundamental que nos permita el desarrollo como ciudadanos con derecho a disentir, y a confiar en las instituciones, que en definitiva son el ancla de todo. NO este proyecto que causa la acumulación del poder en la figura presidencial, reelegible indefinidamente, y que en la práctica acabará con la independencia de los poderes públicos, entubando la labor de todos dentro de los designios, acertados ó no, legales ó no, de la presidencia de turno, sin que se pueda materializar el control entre dichos poderes públicos, eso nos llevará a la desconfianza y a la búsqueda de justicia por mano propia que incluye comúnmente a la corrupción.

La Constitución debe dar las pautas para el desarrollo regional, de manera de disminuir al mínimo aceptable la dependencia del gobierno Central -Petrolero de turno, pues es necesario que cada estado crezca y se desarrolle para beneficio de sus ciudadanos. NO este proyecto que autorizará al presidente a decretar, un conjunto de divisiones territoriales de los estados y nombrar sus autoridades, quienes solo responderán a los intereses del gobierno central, esto menoscaba la autoridad y competencias regionales, alejando aún mas el poder de la gente.

La Constitución debe ser el fundamento de la organización de los Poderes Públicos, de manera de permitir que los servicios sean prestados, y asegurar que las necesidades de seguridad, transporte, vialidad, escolaridad y orden urbanístico sean cubiertas. NO este proyecto que formaliza la informalización de las actividades que corresponden a Municipios, Estados y República, al crear estructuras que, fuera de la administración pública, deberán encargarse de todo, con fondos entregados directamente por la presidencia, lo cual redundará en la imposibilidad de resolver los problemas cotidianos y enormes de nuestras ciudades, pues será responsabilidad de los ciudadanos organizados en torno al presidente de turno.

La Constitución debe abrir las puertas a cualquier corriente económica, que en el marco de la libertad, permita el desarrollo que nos beneficie a todos, si bien no necesariamente con el enriquecimiento directo de cada uno de los 24 millones de venezolanos, al menos con la prestación de Servicios Públicos eficientes, que nos alcancen a todos por igual y nos permitan la vida en condiciones mínimas de dignidad. NO este proyecto que impedirá que cada uno de los venezolanos se dedique a la actividad económica de su preferencia, convirtiendonos en clientes políticos quie esperan las mijagas que "igualitariamente" a bien tenga repartir el autodenominado distribuidor de riqueza.

Entre tantos cambios y reformas, hemos perdido pues, la capacidad de estar medianamente unidos por un mismo criterio, LA DEMOCRACIA, que tanto costó construir en este país y que debemos mantener.

NO es con la imposición de una única visión, con posibilidad de reelección indefinida, que se mantiene y fortalece la democracia, al contrario, es con la diversidad y el disenso que se logra tal objetivo, y la Constitución debe garantizar tal posibilidad en el ejercicio de nuestra actividad privada y pública.

Entre tantos cambios y reformas, se diluye la razón, se diluye la esperanza, y se diluye el bienestar.

Entre tantos cambios y reformas se diluye la posibilidad de definir nuestros verdaderos problemas, pues siempre habrá un marco regulatorio nuevo para abordarlo, sin siquiera haber confirmado si el anterior era útil.

Revolución, sí. La Revolución de la Legalidad, y del bienestar para todos, es esa la única que debemos aceptar, y en torno a estas ideas debemos redactar nuestra Constitución, si es que realmente nos hace falta volver a cambiar.



NOTA: ESTE NO ES UN BLOG DE POLÍTICA. ESTE ES UN DESLIZ QUE ME PERMITO DEBIDO A LOS TIEMPOS QUE CORREN.

martes, 20 de noviembre de 2007

ES CUESTIÓN DE SUERTE


La Suerte. La suerte es una circunstancia en la que se haya todo aquel que deseando ó no que algo ocurra, le ocurre, sin que dependa de él mismo ó de otro. Claro puede ser mala ó buena suerte, depende.

Suerte fue por ejemplo, el día en que me bajé borracho del taxi en Madrid e inmediatamente noté que había dejado mi cartera – mala suerte- al día siguiente completamente entregado al hecho de que había perdido mis reales y mis documentos, en la Universidad, me dice la señora de la recepción, que ha llamado un tal Mauricio, quien sabe donde está mi cartera, me da un número de teléfono para que le llame, y resulta ser mi amigo colombiano, a quien una cuarta persona le llamó porque encontró dentro de mi cartera su número, y le dice que puedo pasar al Hotel Tryp Gran Vía a buscarla, donde efectivamente la recogí con todo dentro, dinero y documentos – buena suerte.

La vida está llena de episodios así, la SUERTE de encontrarse un dinero en la calle, o la MALA SUERTE de perder la llave de la casa, la SUERTE de encontrarse con alguien a quien querer, ó la MALA SUERTE de que tenga ya pareja. En fin existe toda una gama de hechos que no controlamos y que pueden o no ocurrir, y ser adulto implica lidiar con eso y uno se acostumbra y hasta desarrolla la capacidad de disfrutar de ese azar.

Lo que nunca uno podría imaginarse, es que se deba contar con LA SUERTE para lidiar diariamente con todo lo que forma parte de aquello que damos por descontado, es decir, todas las actividades que son automáticas en todo el mundo, comprar la comida, ir al trabajo, usar tu teléfono, en fin todo aquello que te permite dedicarte a lo que realmente exige un esfuerzo: trabajar, trabajar, trabajar.

Así pues, llegar en mi carro al trabajo requiere de SUERTE, pues en el camino puede ó no haber una manifestación descontrolada que me impida el paso, puede ó no estar el semáforo dañado; puede ó no haber un fiscal de tránsito preparado ó no para resolver el caos vehicular, en fin si hay SUERTE lograrás sortear esto y llegar, si no simplemente tardas 2 horas mas de las previstas.

De esa forma LA SUERTE es el factor fundamental a tomar en cuenta cuando voy al supermercado a comprar pollo, huevos, aceite, carne y leche, pues puede ó no haber llegado el camión que la trae; puede ó no haber suficiente para todos los que queremos comprarla; puede ó no estar acaparada por el comerciante y puede ó no el gobierno haber otorgado la licencia de importación a quien la trae – la leche- de Nueva Zelanda, donde puede ó no su productor querérsela vender a un tipo venezolano que a última hora descubrió que en el país no estamos produciendo.

Igualmente, es SUERTE lograr que la señorita que atiende, entienda cual es tu problema, esté dispuesta y/o suficientemente preparada para resolverlo, y no se tranque la conversación en la mitad del desesperado trámite, después de que una máquina te obliga a marcar 5 veces # 1, para asegurarse de que quieres hablar con un ser humano, y así resolver tu problema con el celular que hace una semana no te permite hacer llamadas pero igual te cobra.

Es SUERTE cuando hambriento compras tu arepa con asado negro para llevar, y el tipo que te atiende incluye en la bolsa el potecito con la salsita, que es la razón de tu compra, ó el chino del restaurante de siempre incluye la salsa de ciruelas para comerte las mini-empanaditas y demás frituritas chinas.

Es SUERTE que la señora que te ayuda en tu casa vaya el día que has acordado y por el que le pagas 40 mil bolos. Es SUERTE que puedas pasar el semáforo con luz verde para ti, pues siempre estará cruzando el peatón descuidado, el carro que apura a última hora, ó la moto que va en contra vía. También es SUERTE que el autobús pase a tiempo por la parada donde lo tomas, ó que quepas, Es SUERTE que a tu casa llegue agua potable de la red de distribución todos los días, es SUERTE sacarte el pasaporte y la cédula. SUERTE, SUERTE, SUERTE.

LA SUERTE tiene que ver, trágicamente, en mi país con cosas básicas, esas que todos hemos creído forman parte de lo común, y que según la ONU todos merecemos como mínimo, tener acceso a la salud, a la educación, al agua potable corriente, a la electricidad, al transporte, a la vivienda, a la dignidad, a proveernos de nuestro sustento, incluso el derecho a la vida es en este rincón del trópico UNA SUERTE.

Sigamos pues adelante y echemos los dados, y bueno ! Mucha SUERTE !

martes, 6 de noviembre de 2007

BRANDY: UNA HISTORIA DE PERRO



Cuando esa tarde llegué, lo primero que hice fue correr al patio, donde estaba, para saludarle con la alegría de quien se reúne con su hijo, él me miró extrañado inicialmente, pues seguro pensó que yo había desaparecido para siempre, giró su cara con las orejas un poco alzadas e inmediatamente se abalanzó sobre mí, lamiendo mi cara con desesperación, su rabo parecía que se iba a soltar de tanto que lo movía de un lado a otro. Ese era Brandy, mi perro.

Un año antes me despedí de él, claro nunca comprendió que me iba realmente pues ese concepto no lo tenía formado, pero debió sentir algo nuevo cuando le abracé y lloré al irme, seguro supuso que algo pasaría.

Durante un año estuvo al cuidado de mi padre y madre, Iván nerviosamente lo cuidó, alimentó, bañó, y llevó al veterinario cuando hizo falta, me contó que de tanto salir a la grama del frente de la casa, se llenó de garrapatas, y le costó mucho deshacerse de ellas, son una plaga lo sé.

Reneta en cambio cada vez que se topaba con él le atropellaba diciéndole: ! Quítate Perro! Brandy sin embargo le profesaba cierto cariño y movía su colita alegremente al encontrarse con ella. Ella secretamente también le quería.

En una ocasión, y para manifestar su molestia y protesta, Brandy al escuchar las quejas de Reneta corrió hasta su cama en la parte de arriba de la casa y se orinó encima, los resultados no fueron buenos para él, nunca mas se le permitió la entrada libre a la casa.

El día que Brandy llegó a la casa, era del tamaño de una rata, tenía apenas 1 mes de nacido, era de color champagne, y de una hermosura irresistible, lo escogí de entre los 7 perritos que Sony, la perra de Silvia, había parido el 21 de julio de 1989.

Habiendo convencido a mis padres de que el nuevo perrito entrara en la familia, Iván asumió el poder y la prerrogativa de ponerle el nombre, se va a llamar “Brandy”, dijo, y aunque era un poco común el nombre a todos nos convenció y Brandy se llamó.

Durante meses estuvo en entrenamiento para no orinarse en la alfombra, pero su personalidad era mucho más fuerte y jamás lo logró, nunca entendió el meollo del asunto, de hecho al año la alfombra de la parte de arriba de la casa estaba acabada.

Desde su llegada, me dediqué a su cuidado, compraba la comida, y se la preparaba, al principio eran tres comidas al día, carne cruda molida, zanahoria rayada y arroz + una papilla con leche, lo limpiaba y bañaba, limpiaba sus excrementos y sus orines en toda la casa, en fin se convirtió en mi perro.

Creció fuerte y sano, con un pelo beige, marrón, largo bellísimo, corría en los parques y cuando le silbaba venía de donde estuviera, aunque siempre fue muy impulsivo y desobediente, todo le llamaba la atención, particularmente todo aquello que no debía hacer.

Mi padre decía que el perro era poeta, pues se quedaba horas mirando las luces que se reflejaban en las paredes, quien sabe que pasaba por su mente, pero estoy seguro que de haber podido expresarse lo habría hecho con versos perrunos, es tan así que llegó a ser capaz de cantar al ritmo del violín y el piano, incluso llegó a saber el momento de la pieza musical en que le tocaba entrar con su aullido desafinado.

Brandy viajó, estuvo en Choroní, y en avión fue a Mérida un par de veces, otras en carro.

Nos acompañó a subir una montaña en El Valle, un pico rebautizado Rojas por mi padre, quizá ese fue el día que mas caminó en su vida, corría feliz, eran días de juventud.

Vivió 15 años, todo lo que puede vivir un perro, el día final, echado adolorido, toqué su hocico haciéndole cariño, mientras la anestesia le daba un minuto de paz, por un instante movió su colita feliz y aliviado, dudé, luego se fue para siempre.

martes, 30 de octubre de 2007

LA INCOMUNICACIÓN DE LAS COMUNICACIONES



Es ya la hora de comer, he quedado con Anabel para el almuerzo, -Nos vemos en Café Olé a la 1, me dijo.

La emoción no tiene límites, en mi cumpleaños Anabel me regaló esta Palm Pilot, que puedo conectar con Internet vía Wi-Fi, es increíble, la tecnología me permite comunicarme con todo y todos desde cualquier sitio, no puedo esperar llegar al restaurante, para conectarme con la red y revisar mis cuentas de banco, ver el estado del tiempo y tratar de chatear con mis amigos.

Apenas llegué, vi a Anabel con su bebida en la mesa esperándome, cuando la intenté saludar me hizo la seña de que esperara, estaba conversando por celular con un cliente sobre las pruebas de color de un trabajo que está ya en la imprenta.

Como Anabel está hablando por teléfono, me conecto con mi Palm a la red del restaurante, me costó un poco pero a la tercera lo logré, esta maquinita navega en la red buenísimo.

Anabel terminó ya de hablar, e inmediatamente se pone a contarme detalladamente sobre los errores que se cometen en la imprenta, mientras yo estoy inmerso en la página del estado del tiempo de Yahoo, la cual me bajé con mi Palm.

Sin siquiera haber asimilado su historia de la imprenta le comento a Anabel que es increíble como en Weather Channel no se pelan lo de la lluvia y tal, ella en ese momento recibe un mensaje de texto de su amiga que vive en Nueva York, quien le cuenta sobre su embarazo, emocionadísima grita de alegría e inicia la escritura de la respuesta. ¡FELICITACIONES AMIGA! Te llamo cuando llegue a la casa, ¿cual es tu número nuevo en N.Y? Yo sigo concentrado en mi Palm.

El mesonero nos trae el Menú, Anabel decide que quiere un pollo a la plancha y yo quiero esa pasta rica abierta con chorizo y salsa. Agua para los dos.

Cuando Anabel me comenta sobre el embarazo de su amiga, recibo una llamada de mi jefe, el Gerente General, quien está con el tema de la visita del SENIAT, - disculpa tengo que atender, es urgente, le digo.

La comida llega, y Anabel empieza sin esperarme, yo sigo explicando por teléfono las instrucciones de cómo actuar a mi jefe, terminada mi conversación de negocios, 20 minutos después de nuestro encuentro, finalmente podemos saludarnos e iniciar nuestro almuerzo.

Alrededor, miles de celulares suenan, hay ejecutivos enfrascados en conversaciones con sus Blue Tooth que titilan en colores azules y rojos, mientras sus acompañantes les miran aburridas manipulando sus Black Berrys, los niños concentrados en sus Game Boy, ni hablan ni corren, solo pulsan botones para tranquilidad de sus padres, dos mesas a la izquierda una pareja come mientras descuidadamente leen en cada uno de sus I-Book lo último del diseño, y mandan los últimos correos electrónicos de la mañana, bueno ya son los primeros de la tarde, ni cruzan sus miradas, todos la están pasando espectacular entre las ondas electromagnéticas.

Termina nuestro almuerzo, pagamos y apurados salimos a nuestros trabajos, Anabel me dice: -Te llamo al celular mas tarde para contarte – buenísimo, le contesto, ¡que no nos dio tiempo de hablar!

martes, 16 de octubre de 2007

ANESTESIA


En una fiesta de bodas, en el muy elegante y típico Salón La Esmeralda, especialmente decorado para la ocasión con tulipanes traídos de Amsterdam, se celebra la unión de Pedro y Graciela, llevan ya 2 años de novios, él es administrador, trabaja en una empresa que hace comida para perros, gana bien; ella es una muchacha muy inteligente, estudió Relaciones Industriales en la Católica, trabaja en RRHH en un Banco, también gana bien.

Hoy es el día de sus sueños y su familia, no escatimó en ofrecerles todo lo mejor, champaña Moet Chandon Brut, Güisqui Old Parr como ya no se veía por estos lares, una selección impecable de sushi, sashimi, y algo de ceviche peruano, la infaltable mesa de quesos traídos de Margarita, vinos, en fin lo mejor, como corresponde a quien se considere gente en Caracas.

Ellos tienen muchos amigos, todos insignes trabajadores de la clase media, quienes por supuesto no dejaron de asistir, el abogado que trabaja en un bufete reconocido de Caracas, el mismo bufete que soborna a todos los funcionarios y jueces; el ingeniero que habla pestes del gobierno y de Chávez pero que está ganando mucho dinero con el gobierno, construyendo como loco gracias a que el ministerio le está pichando todos los proyectos; el médico que hace una labor social increíble en el hospital El Pescozón, no cobra ni lo que le pagan a las cachifas, suele decir, eso si, se está forrando con la venta de los aparatos para diálisis, los cuales va colocando, “haciendo una labor humanitaria” en cada hospital donde logra colarse gracias a un amigo "bolivariano".

También están Darío y Ana, que trabajan en el periódico de mas tiraje en Caracas, ellos saben de primera mano información que casi nadie conoce, lo saben todo, pero se hacen los locos; está Josefina, que se levanta a diario a las 4 a.m. para llegar a su trabajo a tiempo, pero quien se niega a mudarse de la Lagunita, aunque pasa 4 horas diarias de cola para llegar a su trabajo en Los Palos Grandes; y Gerardo el actor, quien está esperando su oportunidad en el exterior, mientras tanto está en la novela del 4, aunque sean suaves con el gobierno. Todos escuálidos, todos en la lista de Tascón y en la Maisanta.

La conversación gira en torno a la maravilla que es ir a cenar a uno de los fabulosos restaurantes del 5to Piso del Tolón ó del Hatillo, todos cuentan los churupos para ver si ésta semana alcanza para pagar la astronómica cuenta de Lola y Astrid & Gastón, tu sabes, donde va todo el mundo, y es que se la pasa full.

Algunos están en lista de espera para una camioneta Prado, un Fiesta ó hasta un Corrolla, Juan dice que en 4 meses podría llegar el suyo, lo único que le preocupa es que pueda ser color amarillo, y es que a pesar de que va a pagar mas de 50 millones de Bs. por el carro, no puede escoger el color. Fernando cuenta que se puso en lista de espera para un BMW, el cual le financia el Banco con ¡0% de inicial! Lo de las Hummer habrá que esperar a que el gobierno dé los dólares.

En diciembre algunos van a esquiar a Canadá, el trámite de la visa es un poco coñazo y ni hablar de la locura de sacarse el Pasaporte Bolivariano, pero: ¡Tu sabes que aquí despues del 24 es horrible, y si Pedrito no esquía este invierno, no nos va a dejar en paz mas nunca, así que hay que ir!, otros se van mas bien al sur, Buenos Aires está de moda, y ¡Es baratísimo! No queda ni un pasaje para ningún destino desde Maiquetía en diciembre, todo está full, ni hablar de Miami.

El chiste de moda en Florida es: ¿Como hace un venezolano para salir de USA con 2 millones de $? …… ¿Debe haber llegado con 4 millones de $.....? jajajajajaja, se ríen todos.

Andrés suele ser el aguafiestas, siempre llega a contarles lo último que dijo Chávez, que si ahora somos un único gobierno con Cuba, que que vaina es esa de andar tomando güisqui, que la propiedad privada no va a ser nada privada, que ahora van a meter las cadenas en el cable, que si el Bolívar fuerte, en fin, lo mismo de los últimos 9 años, será que ahora si?

Josefina le dice siempre que mejor no hable de eso, que es pavoso, total mientras haya real, y esta gente quiera vivir como uno, aquí no va a pasar nada, dice. Todos se ríen a carcajadas, y con el meñique remueven los hielos de sus tragos…… felices…...

La música de siempre suena sin parar, la orquesta toca, toca y toca, los 400 invitados en traje y vestidos largos, enloquecidos, trago en mano comen como si no hubiera mañana, por unas horas olvidan que no hay leche para comprar, que hace un mes no habían huevos en el mercado, que hace rato que no venden mas el desodorante que uno usa, que no hay producción de carne, que la propiedad ahora tiene muchos apellidos, que cerraron un canal de TV, que las FFAA son rojas rojitas, y que el 2 de diciembre tendremos un estado comunista en vez de democrático. Es mejor hacerse el loco, !hay que seguir viviendo!

La fantasía de que la realidad no les alcance, y que la fiesta siga para siempre como en una especie de “loop” alimenta la necesidad de más, y más y más. Es la anestesia de los petrodólares, que lo pueden todo.

Anestesiados seguimos adelante. ¿Dolerá cuando se pase el efecto y se despierte?

miércoles, 10 de octubre de 2007

¡ESA GALLINA ES PIROCA!


El día estaba brillante, el camino como siempre accidentado, el verdor del Estado Miranda es sobrecogedor, los árboles inmensos, las plantaciones de plátano y cambur y el sol radiante, son preludios de los días de playa que tenemos por delante.

La vía hacia Oriente, la Troncal # 9 en dirección Este, algunos huecos que esquivar, algún carro a exceso de velocidad que lo quiere pasar a uno y pareciera que se te va a montar en la maletera de tu carro, tramos con rayas y sin rayas, con señales y sin señales, curvas, subidas, bajadas, grandes trechos planos, vendedores ambulantes a los lados de la carretera, no hay manera de aburrirse desde Caracas a Puerto La Cruz, esto es algo que agradecer a los 32 años que lleva inconclusa la construcción de la autopista.

La música a todo dar, Soda Stereo , que buena música, Depeche Mode excelente, The Cure un poco dark, el Chaq desde la parte de atrás insiste en pasar CD tras CD para que se coloque la música de su preferencia, Melissa, su novia, con un poco de desgano cambia de música una y otra vez, Ignacio maneja atentamente, no siempre puede ver muy bien los obstáculos de la vía, y no siempre entiende si el carro de adelante va o viene, igual se arriesga a pasar.

¡Ignacio cuidado! ¿No ves?, - Claro chica, claro que veo perfecto, serás tu la que no ves. Déjame en paz, yo se lo que hago, tranquila. ¡Frena pana!, ese carro viene, no puedes pasar ahora, en serio ¿no ves?, que si, ya te dije, veo perfecto.

Necesito fumar, abramos los vidrios, Ignacio prende su cigarro, atrás se prenden otras hierbas, afuera el calor es muy intenso, las casas rurales y muy pobres pasan una tras otra a 95 Km/h, desapercibidas a nuestra percepción citadina de clase media, nosotros solo podemos pensar en la playa, en el apartamento, en la lancha del tío, en el peñero alquilado, y en las bebidas al lado de a piscina, o frente al canal.

Pffffffffff!!!!!!!!, repentinamente suena una rueda desinflándose, la sensación al volante no deja dudas, se pinchó un caucho, sentencia Ignacio, toca parar y cambiarlo, vamos a echarle bola chamo, dice Chaq.

Al detener el Honda, y abrir las puertas para bajar, se sintió inmediatamente la diferencia del aire de provincia, el calor de 35 grados de la zona, tres casas a la orilla del camino. El Chaq e Ignacio se dispusieron a cambiar el caucho, mucho sudor y la correspondiente mugre de la rueda les cubre.

En la primera casita, humilde pero espaciosa, la amabilidad de la dueña, les permitió lavarse en el chorro de agua de afuera, - Aquí hacemos cachapas si quieren comer, dijo la señora con el pelo recogido en un pañuelo, la frente sudorosa y la falda raída.

Nosotros somos 10 en esta casa, cuenta la señora, mi marío trabaja allá en el pueblo, mientras yo aquí cocino pa vendé, sigue hablando.

Cinco muchachitos nos miran con curiosidad. Sentados en la mesa de afuera nos comemos las cachapas, - ¿quieren fresco?, claro ponganos 3.

Los niños con caras de felicidad, sin camisas, y con los pies tocando la tierra, juegan con perros, pollos y gallinas, las persiguen muertos de risa, realmente se divierten, no necesitan mas que el sol del día y la compañía de los demás niños, mientras aprenden el negocio familiar.

Yeison cuidado con esa gallina, que es la japonesa, no te le tires encima que me la matas. – ¿Gallina Japonesa? Pregunta Melissa, - Si mija esa es japonesa y tienes pelo en vez de plumas, - No le creo señora, me la tiene que mostrar, dice Ignacio, - claro mi amor, dice la señora, vente pa que la veas.

Entran en la casa donde está alojada la gallina, protegida de los niños y de la intemperie, allí, dentro de un único espacio sin separaciones, conviven la señora, su esposo, los 5 muchachos, tres hermanos y una docena de gallinas, todos juntos, un perro duerme entre las gallinas - Esta es, mira ve, puro pelo, nada de plumas.

Incrédulos aún, ven que efectivamente, esta gallina “japonesa” tiene unos filamentos que son como pelos, con lo cual la gallina exhibe una cabellera envidiable, lisa y con mucha forma, como muchas desean les quede en las peluquería.

¿Es bella verdá? Y cuesta un dineral, ¡si la vendemos no tenemos que trabajar mas! En cambio esa fea de allí, con el cuello pelao, esa es piroca…., ¿y eso que es? – pregunta Ignacio, - bueno esa es de las ponedoras criollas, a veces vendemos los huevos que ponen, sobrevivimos con eso.

El fogón sigue prendido a toda mecha, otros viajeros se han detenido y sentados esperan que les sirvan unas cachapas, la señora canta feliz de la vida, sudando de alegría, pensando en su gallina japonesa y el día en que la vendan y se libere de tanto trabajo.

Pagan lo comido, - ¡Gracias señora!, de nada… contesta, vuelvan.... Montados en el carro, retoman el camino a su mundo de fantasía, lejos de la gallina piroca.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

PREMIO - Mis Postulados


Bueno señores, el amigo BuenSancho me ha otorgado el premio Thinking Blogger Award. El premio es bien interesante y halagador.

Ahora bien, el mecanismo de su aceptación, implica que, según las reglas, uno debe postular y otorgar el premio a 5 otros Blog, tarea por demás dificil.

Esta postulación debe ir acompañada de los link respectivos, además del link de quien te ha postulado. Aquí van los míos:

Rostros al Viento: Es un blog con todo tipo de obras cortas y cuentos de altísimo nivel literario, escritas por José Urriola, magnífico escritor y gran amigo.

Circo de los Hermanos Chang. Excelente recopilación periódica de obras literarias originales de gente actual venezolana. Los escritos van por temas, hay que estar pendientes de las novedades.

Tendido al Sol. El Blog del periodista y amigo Alfredo Meza, interesantes reflexiones de un periodista venezolano.

Unknown Pleasures. Comentarios sobre música y cultura, bien pensados, bien fundados, y bien útiles para saber mas cosas interesantes de la música que no escucharás en la radio.

Casi En Serio. El Blog de una venezolana en Montreal, el destino codiciado de muchos para huirle a la tragedia nacional, con todo lo que ella pone allí, de una manera deliciosa, dan ganas de irse YA!

Bueno espero les gusten mis postulados.

martes, 25 de septiembre de 2007

LA FURIA



Martes 9:00 pm – Los Palos Grandes. Caracas. Chacao, Estado Miranda

En un restaurante de la Cuadra Creativa, ese donde sirven una exquisita y muy caraqueña polvorosa de pollo, donde un maravilloso y refrescante té de Jamaica sorprende el gusto de los comensales, y donde de postre te dan un increíble “fondan de chocolate”, estaban reunidos por casualidad, Andrea, Natalia y su no tan pequeña hija, acompañadas por Gabriel y el abogado, ellos disfrutaban de su casual encuentro y cena.

Un vino tinto escogido por Natalia les hacía sentir mas alegría y placer del normal por estar en este sitio, donde el agrado es la regla.

Repentinamente, voces altas interrumpen la velada de todos, ¡Que no regañes a mis hijos! ¡Que a mis hijos los regaño yo!, recrimina un hombre gordo y alto cuyos hijos jugaban a correr y gritar entre las mesas del restaurante, mientras su madre conversaba por un celular último modelo.

Oye, es que tus hijos están molestando nuestra cena, responde el hombre mayor que comía un carpaccio y vino con su esposa. ¡Que no regañes a mis hijos te dije ya! Insistió el padre de los niños, levantándose violentamente de su mesa y enfrentándose en posición de pelea, su esposa seguía adherida al celular, nunca se enteró de lo que ocurría.

El hombre mayor, no se levanta, sino que insiste en que los niños deben comportarse y le exige a su padre: ¡ Entonces debes controlar a tus hijos, éste es un restaurante y es hora para que los adultos puedan cenar en paz!

Inmediatamente, el hombre gordo y alto, se enfureció, y con un manotón, tumbó la mesa del hombre mayor, regando la botella de vino en la ropa de su esposa y tirando al suelo la comida y todo lo que había en la mesa.

Cuando se disponía a golpear al señor mayor, aparecieron los cocineros del restaurante, quienes impidieron un peor desenlace.

Los comensales impávidos detuvieron sus conversaciones, sus respectivas cenas y su paz, los cocineros pidieron al señor gordo y alto con sus esposa e hijos abandonaran el sitio, el señor mayor y su esposa, ultrajados se retiraron también. Un malestar repentino cruzó el salón donde todos trataban de pasar un rato feliz, alguien exclamó: ¡Es la furia!

Sabado 2:00 pm. Altamira. Caracas. Chacao, Estado Miranda.

Pedro se dispone a servirse gasolina en la bomba PDV de Altamira, no hay congestión de carros, decide que la mejor opción es el surtidor de la esquina izquierda pues coincide con la tapa del tanque de su carro, decisión poco común entre los caraqueños.

Con un ademán lento y poco expresivo, el bombero de la estación le indica que ese surtidor está cerrado, razón por la cual inicia las maniobras para servirse en otro, decide que el del medio, el cual está libre, es, y justo cuando está dirigiéndose a él, un automóvil entrando a la bomba de gasolina a toda velocidad se lo impide, en la maniobra estuvo a centímetros de chocarle el carro.

Pedro reclama al conductor esta acción injustificada e innecesaria, el conductor inmediatamente le insulta y dice: ¿Si eres tan arrecho por que no te bajas del carro y me lo dices aquí? Pedro no tiene interés en un pleito mayor y mucho menos en una golpiza, aún así le responde insistiendo en su reclamo, seguidamente el conductor amenaza con chocarle el carro cuantas veces quiera, a lo que Pedro molesto responde: ¡ Inténtalo que podemos llamar a la policía ya mismo!, ésto causó una inmensa carcajada en el conductor, quien insistió: ¡ Llámalos pues, me muero del miedo! Jajajajajjajajajajajaja, se montó en su carro, y picando cauchos se largó. El bombero de la estación exclamó: ¡Pana La Furia!

Miércoles 7:00 pm. Los Palos Grandes. Caracas, Chacao, Estado Miranda.

Juan y Celia van caminando, ellos desean alquilar unas películas en el Block Buster de Las Cúpulas, están frente al cruce –paso de cebra- y al ver un carro detenido frente al rayado deciden cruzar.

Un funcionario de la Policía de Chacao está observando con una mirada perdida en el tiempo y el espacio, y justo al momento de cruzar, el vehículo se abalanza sobre Juan y Celia, quienes deben tomarse del capó del carro para no caerse al piso.

Pedro le increpa a la desprevenida conductora, una señora con el pelo pintadísimo de amarillo, quien maneja un carro sin usar el cinturón de seguridad y entregada a una conversación por celular: ¡ Señora esto es un paso peatonal, debe usted detenerse y esperar a que los peatones pasemos! La señora bajó su vidrio y le contestó: ¿Pero no ves que estoy pasando yo? ¡Esto es la calle imbécil!, seguido de un acelerón de su carro para irse a toda velocidad.

Una vez que Juan y Celia lograron pasar, le exigen al policía que ha debido hacer algo, a lo cual simplemente contesta: ¡No me digas nada….! Juan piensa: ¡Coño que Furia!

Algo pasa amigos míos, la furia se adueña de la ciudad.

viernes, 7 de septiembre de 2007

SUBIR AL AVILA




Hace algunas semanas, uno de esos domingos que, finalmente, no tienes una invitación a comer con algún familiar, uno de esos en que decides que ya es hora de quedarte en Caracas y no ir a la playa ni ningún otro lado, y que además amaneces como con ganas de regalarte algo de bienestar, decidimos subir al Ávila.

Esta vez subimos por La Julia, entrada nueva para mi pues siempre he entrado por Sabas Nieves, pero como ésa entrada se ha vuelto tan popular, y lo que pulula allí es un desfile de modas de trapos y zapatos deportivos, así como de gente que va a lo mismo que al Sambil, solo que sudando, nos decantamos por algo mas al estilo de real descanso y desconexión.

Es siempre un placer vincularse con la montaña de Caracas, apenas entras sientes la diferencia, el verdor, que se hace especialmente exhuberante en esta época de lluvias, nos envuelve, los pájaros que vuelan y hacen sus ruidos y cantos nos maravillan, y los ruidos en el monte, de los otros animales rastreros, que se mueven a medida que uno pasa por el camino de tierra, te hacen sentir que la montaña está viva.

Siempre en este punto de la subida al Ávila, recuerdo los avisos de tránsito amarillos de prevención, los cuales cuando era niño advertían con un dibujo del animal saltando, la posibilidad de que un venado brincara sobre tu carro en la Cota Mil. Siempre soñé con que me pasara a mi, pero seguro hace ya mas de 30 años que ningún venado ha tenido la peregrina idea de lanzarse a la ciudad.

Andando, andando y andando, recuerdo aquel día en que Mauricio y su ahora esposa Silvia me invitaron con los Wachis a tomar jugo de mora en Galipán, hacía un calor infernal en Caracas y resolví ir en "shores y chancletas", pasé frío. La subida a Galipán es otra cosa, hay que subir 30 minutos en rústico (SUV), allí el frío me recordó que la montaña tiene la magia de hacer bajar la temperatura del trópico unos 10 grados, e incluso un poco mas. En otras ocasiones Galipán ha servido de sitio para comidas realmente especiales, en lugares desde donde puedes ver el mar Caribe, allaaaaá abajo.

La subida es realmente fuerte, La Julia no es igual que Sabas Nieves, quizá deba parar un poco, el corazón se me va a salir del pecho, Raque quedó atrás, me preocupo un poco, recuerdo el día en que subimos por Los Dos Caminos, José, María Eugenia, El Pollo, Nacho y yo, hasta La Piedra del Indio, ese día no había desayunado, era medio día y el calor casi me hace desvanecer, cuando coronamos la Piedra, comimos algo de fruta y bebimos agua, la vista desde allí es inigualable, sobre todo después de haberte esforzado tanto.

Es mejor no parar, lo que voy a hacer es bajar el ritmo, sigo caminando, es ya la segunda subida, ¡coño cuando llegaré! Un día subimos hasta La Cascada de Chacaito Merce, Nenena, José y yo, que frías son esas aguas, pero que divino es mojarte con ropa allí, en esa ocasión aprendimos a gritar cualquier idiotez desde el tope de la montaña, el sonido del eco te da un poder vocal que quisieran muchos cantantes tener.

Cuando a mediados de los 80 reabrieron el teleférico, ese que era rojo, que cargaba 20 personas sentadas y que tenía que parar en la mitad del trayecto, subí varias veces con mis amigos del colegio, era otra Caracas.

Siempre escuche los cuentos de mis padres que, cuando jóvenes, subían a patinar en hielo en la pista que el dictador Perez Jiménez había colocado en el Hotel Humboldt – cerrado desde los años 70-. En los pocos años que funcionó el teleférico, y gracias a las explicaciones de mi cuñado suizo, de apretar fuerte los cordones de los patines en los tobillos, aprendí a patinar en hielo.

El Hotel Humboldt, nunca volvió a funcionar, aún así sus salones se han abierto para algunas fiestas y celebraciones, en diciembre de 2005 estuvimos Raque y yo en una fiesta casi “rave” del grupo Masseratti 2000 lts., fiesta en la que, entre las nubes que cubrían el hotel, bailamos al ritmo de la música electrónica hasta casi el amanecer.

Uff! Todavía tengo que subir esta última cuesta, ¡es super empinada! El teleférico volvió a abrir hace unos años, con unos carritos renovados y modernos. La vista desde allá arriba es perfecta, el mar Caribe que se confunde con el cielo por un lado y por el otro Caracas en pleno, la ciudad tiene un lejos espectacular.

Me decido a seguir sin parar subiendo esta cuesta larguísima y final, que me llevará hasta la Estación de Guardaparques La Julia, el esfuerzo es inmenso, pero la satisfacción al llegar no tiene precio, una vez mas estoy en El Ávila, respiro profundo el aire puro de la montaña, ardillas, y guacharacas protagonizan la escena, abajo en Caracas la vida sigue, para mi, por un rato, todo se detiene.

jueves, 23 de agosto de 2007

EL MISTERIO DEL PUENTE DE LOS RUICES

Fotografía tomada de www.qtpd.com/blog/


No sé que pasa con ese puente, y es que desde hace un tiempo para acá a los camiones les ha dado por estrellarse contra él.

Es algo extraño, hace meses que las autoridades colocaron obstáculos en la autopista para que los camiones muy altos no puedan pasar de cierto punto y así evitar que choquen, son vigas enormes pintadas de amarillo, pero de nada sirven, igualmente se han colocado señales que indican que aquellos camiones muy altos deben pasar por la vía alterna, pero nada, los camiones siguen chocando despiadadamente contra el puente, se ha llegado a rumorar que hay algún magnetismo extra-terrestre que atrae a los camiones inmensos hasta este punto, ciega a sus pilotos, y los hace irse de frente contra el puente, sin mas ni mas.

Hace un mes un conductor de una de éstas gandolas de marca gringa inmensas como de 2 pisos, que tienen como un extra de carrocería ó sobre techo “aerodinámico”, se estrelló contra el hormigón del puente, el conductor explicó que no vió nada, ningún aviso, ni nada; lo mas increíble es que se llevó primero el montaje de vigas sin darse cuenta, y de seguidas arremetió contra el puente. El conductor aún hoy no entiende lo que le pasó, tampoco el resto de la ciudad.

Las investigaciones posteriores dieron como resultado que, aparte de la calcomanía polarizada en negro que cubre la mitad del parabrisas, no hay ninguna otra razón lógica para pensar que el conductor haya podido no darse cuenta de los anuncios fosforescentes, viga iluminada con luces de emergencia, y demás señas que le indicaban NO PASAR por debajo del puente, sino desviarse a la vía alterna soterrada que se construyó para estos casos.

Las autoridades no se explican que es lo que ocurre, las teorías típicamente equivocadas sobre la falta de cumplimiento de la normativa, esgrimidas por los ciudadanos son negadas, y cobra mayor preponderancia la posibilidad de algo oculto y/o conspirativo en el caso.

Así mismo hace solo una semana un camión de cerveza, se estrelló contra el puente partiendo parte del hormigón, el camión se quedó atorado y causó una tranca descomunal en la vía, además de las miles de botellas de cerveza que cayeron al piso y que al partirse embriagaron la tarde. El conductor igualmente alegó no haber visto las señales. Debe haberse cegado por algo mágico, ¿O será que tenía ordenes subversivas tipo kamikazze, para hacer una semblanza de caída con el puente?

Las autoridades están mas convencidas ahora de la conspiración, ¡Alguien quiere tumbar al gobierno a partir de este hecho, no hay duda!

Yo en cambio en mi inocencia, me inclino por la teoría de la brujería, ó de una cosa mágica, un magnetismo raro, pero muy magnético, eso si, pues atrae solo el metal de los camiones. Yo propongo llamar a unos brujos y/o santeros de allá de donde Marialionza, para ver si invocando una de estas cortes, quizá la corte malandra sea la mas indicada, se pueda descubrir el fondo de este caso, y si es necesario retirar el puente, pues que se retire, lo tumbamos y ya, total o lo hacemos nosotros ó lo tiran a punta de golpes de camiones, la ciudad entenderá, se trata de un asunto de realismo, de realismo-mágico.

martes, 24 de julio de 2007

EN LA COLA


Amaneció lloviendo, la cola de carros y sus cornetas suenan desde la avenida principal, va a ser un día duro de tráfico.

Desde que salgo de mi casa, a las pocas cuadras me encuentro con la fila de carros que desesperados intentan entrar en la avenida, algunos han resuelto hacer su propia línea para ser los primeros, hay que luchar para llegar y cruzar, todos quieren pasar al mismo tiempo, es una puja a ver quien es mas rápido y mas vivo, pero todos pierden, ¡pasé primero!

Llego al próximo punto de retención, UN SEMAFORO, la cosa es que es peatonal, y todos los conductores han decidido que es inútil, así que pasan atropellando al muchacho, la viejita y el señor del perro, quienes ni se molestan en reclamar, simplemente detienen el paso y se transan, ¡para que amargarse!

A dos cuadras de allí esta el cruce a la próxima avenida, este está gobernado por un semáforo y el mendigo que desde hace 2 años pide allí, hoy es mal día para el mendigo, el semáforo no sirve, ¡que raro, si lo arreglaron anteayer! El caos aquí sobrepasa mis expectativas, y ya estoy sintiendo la presión de la hora, necesito llegar a mi trabajo, no creo que lo logre a tiempo.

Todos, y por todos me refiero a 5 filas compactas de carros, intentan entrar en 2 canales, el embudo sobrepasa mi capacidad y mi paciencia, comienzo a molestarme realmente.

Los autobuses de todas las clases, formas y tamaños, van en zig-zag de un canal a otro de la avenida, el tráfico realmente no avanza, las motos van entre los carros, al lado mío una le reventó el espejo retrovisor al Corsa del señor en traje, la moto sigue como si nada…. El señor ni se molesta en bajarse a ver el daño, otro mas que se transa.

Finalmente logro pasar y llegando al límite de mi paciencia, encuentro a una señora que, igual de apurada que yo y el resto de ciudadanos, se lanza a cruzar los 4 canales de la avenida (2 ida y 2 vuelta) sin importarle que en medio del caos, al que está contribuyendo, podrían atropellarla, nueva retención, decido entonces bajar el vidrio e imprecarle: - ¿Señora, no sabe usted que el paso de peatones está allá? ¿No sabe usted que pueden atropellarla? ¿No sabe usted que debemos cumplir las normas de tránsito? ¿No sabe usted que debemos construir el país? A lo que la señora muy humilde contestó, NO, no sabía, gracias…… cerré el vidrio y seguí…. Por el retrovisor vi como la señora cruzó la otra mitad de la avenida, tuvo que correr, y los carros tuvieron que detenerse, el caos quedó atrás, pero todo siguió adelante como si nada.

EL SEÑOR VIGILANTE


Se ha venido desarrollando en la ciudad una modalidad, práctica por demás, de fiscal de tránsito que va vestido de civil.

Este vigilante de tránsito, al parecer se ha revelado mucho mas práctico que aquellos uniformados en color marrón –tamarindos según el léxico popular de la ciudad- que forman parte del gubernamental Instituto de Tránsito, ese mismo que hace muchos años en vez de entregar licencias de conducir entregaba papelitos rosados que suplían la verdadera, ese que dirige el tormentoso procedimiento para obtener el título de propiedad de tu carro, y el mismo que te da la placa de un Estado distinto a aquel donde el carro va a circular. No es de extrañar el surgimiento del servicio de vigilancia en manos “privadas”.

Pues si amigos, estos señores de civil, son ciudadanos espontáneos que al ver el caos del tránsito en una esquina determinada, toman la ley en su mano, y con un pito en la otra y la voluntad que le falta a las autoridades se lanza al ruedo, día tras día, ad-honorem y expuestos a los rigores del clima y los malos humores de los transeúntes, Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!! –pasa tu. Ahora tu. Tu te quedas allí. Señorita, mami, que bonita, pasa mi amor, tu mejor, tu no, la muchacha del escote. Que pasó panita, dale que aquí la gente está apurada…. Todos, o casi todos obedecen las órdenes del improvisado señor vigilante, ciudadanos sedientos de que se ponga orden.

Así transcurre la tarde de algunas esquinas en el centro de la ciudad, avenidas y calles. Claro, estos amigos que intentan resolver el caos vehicular están un poco mal de la cabeza, y creo que a eso es a lo que le temen las verdaderas autoridades del transito, y es que están convencidos de que hay que estar loco para meterse a dirigir el tránsito en Caracas.

DESNUDARSE EN CARACAS


Hace ya mas de un año, supe de la aventura de desnudarse en el centro de la ciudad para que Tunick, fotógrafo conocido en el mundo por hacer fotos de gente en pelotas en la calle, hiciera las fotos que harían de Caracas, una de las ciudades donde este evento ha ocurrido.

Realmente en su momento pensé en participar, pero el pudor me lo impidió. Según he sabido de quienes si participaron, la experiencia es muy emocionante e intensa.

Al saber de la inauguración en el Museo de Arte Contemporáneo de la exposición de las fotografías logradas, no dudé en ir a ver el resultado, tanta desnudez nacional fotografiada es un poco apabullante al principio, pero casi de inmediato dejas de ver la desnudez y te concentras en las personas, ya dejan de estar desnudas y son solo gente, unos flacos, otros gordos, tetas caídas y tetas pequeñas, negros, blancos, genitales grandes y pequeños, dejan de tener importancia, dejan de ser referentes y se convierten en transparencias.

Creo que lo valioso de esta experiencia, dejando atrás el tema de la moda de Tunick y la cosa de que Caracas en medio de su terrible desorden y destrucción haya logrado colarse entre las ciudades Tunick, es el hecho de re-descubrir que en Caracas viven personas, gente de verdad, fea y bonita, pero bella en tanto y en cuanto son, como yo seres humanos.

jueves, 5 de julio de 2007

PLAYA


Finalmente, lo logré, estoy con mi traje de baño verde metido en el mar, apenas me metí un frío como de 20 grados –lo sé por que lo dice mi reloj que mide la temperatura- casi me convence de que mejor no me meta, es que en esta época del año el Caribe naiguateño es frío aún.

Luego de muchos amagos, y retrocesos me zambullí, la sensación de bienestar no tiene límites, para hacer cesar el frío, nado hasta los límites permitidos a los bañistas, allí sólo en el agua, decido pensar.

Veo hacia los edificios, viejas estructuras modernas de los años 50, evidencia de otros tiempos, con su elegante reloj inservible en el tope, y no puedo menos que recordar la cantidad de años que he disfrutado de este mismo sitio.

De niño con mis hermanas y primos jugué y nadé en estas mismas playas, aprendí a comer empanada de cazón, descubrí el disfrute del mar, el placer de estar en una lancha –siempre de otra gente-, la libertad de velear, el relajante bambonear de las olas, el olor a mar, el calor de la arena en los pies, el sol incandescente que me ha quemado la piel infinidad de veces y que luego de despellejarse, me vuelvo a quemar sin cuidado.

Luego ya no tan niño alguna pequeña borrachera, y algunos besos y caricias en los días en que la adolescencia te empuja. De adulto se ha convertido en el oasis donde siempre puedo llegar para descansar.

Playa Azul ha estado en mis sueños cuando he estado lejos y deseado volver, es el sitio de referencia, ha servido para reflexionar y para dejarse llevar, he visto a mi familia crecer allí y he crecido en mi familia.

Ahora he decidido flotar, y miro el cielo de un azul intenso, sin una nube que me cubra de los rayos del sol, no me puse protector otra vez, debo estar achicharrándome, la sensación absurda de que algo hay debajo de mi en esas aguas, nada profundas y nada oscuras, me obliga a volver a la orilla.

EL VIADUCTO


Ahora si, llegó El Viaducto, se acabaron los días de penuria, se terminó aquel duro peregrinar desde y hasta La Guaira.

Muy contento y emocionado en mi carro con mi Raque, escoltados por los amigos “Pereira” (Cheo, Diana y el pequeño Mateo) nos dispusimos a transitar por esa obra que se ha prometido majestuosa.Al pasar encima de él, no sentimos mucho, realmente no es majestuoso, es apenas útil, “ya se ve como usado” advirtió Diana, sin embargo entre los dos carros nos hicimos señas de satisfacción -¡Viva el Comandante! Se me escapa en la mente, me arrepiento inmediatamente.

Hace 20 años se pasaba por un puente que ya estaba sentenciado a morir, hace algo mas de un año ese puente murió, se desvaneció y con él la tranquilidad de hasta aquellas personas que nunca bajan a la Guaira. Es evidente que la sensación de incomunicación es aterradora, alguien ha debido prever esto en estos 20 años, o al menos en estos últimos 8.

Son innumerables los cuentos y nuevas leyendas urbanas generadas de las experiencias de algunos que, aún hoy, insisten en cruzar el Ávila en carro rústico para ir de Caracas a la Guaira y viceversa, de aquellos que se pegaban la cola de la trocha, y de aquellos que se aventuraban en el peligro de la carretera vieja Caracas-La Guaira.

Los asaltos mantuvieron la mesa servida de algunos hogares pobres, la dificultad y tiempo del viaje hasta La Guaira, mantuvieron los bolsillos de los chóferes llenos, las previsiones para llegar al aeropuerto ó para evitar hacer mas cola de la necesaria, mantuvieron las mentes muy ocupadas. Eso terminó, ahora toca ver la realidad de una autopista libre y las colas interminables en las ciudades que comunica, no habrá viaducto que resuelva eso, pero no importa.

Tenemos viaducto señores, aunque no tengamos muchas otras cosas.

sábado, 16 de junio de 2007

RATÓN


Es sábado en la tarde, el mundo parece como detenido, la única evidencia de que hay vida afuera es el sonido de pajaros que bajan del Avila y se cuelan en mi casa, siento el calor tropical de mi ciudad Caracas - 35 Grados Centígrados en esta época del año- y de nuevo parece como si nada estuviera ocurriendo en las calles, como si el calor hubiera dormido todo, como si la gente se hubiera "caimanizado" y estuvieran todos en sus casas echados durmiendo con la boca abierta.

La cabeza me palpita un poco - hora de las consabidas ATAMEL-, la evidencia de la sensación estomacal es clara, me debo haber excedido en la fiesta de anoche.

Como tantos sábados desde que fui adolesente hasta hoy, me levanto en medio de este calor y con esta sensación de caníca en la cabeza, de una siesta que hoy se unió con el sueño de la noche próxima, producto de la resaca, común ratón caraqueño, que me produjo la velada de anoche con amigos de la infancia. Amigos de la infancia con quienes crecí, compartiendo el día a día del colegio en Caracas.

La conversación estuvo amena sin duda, nos olvidamos como siempre de las vicisitudes de la vida cotidiana salpicada de las especificidades políticas que nos caracterizan hoy, toda la noche whisky en mano, la inseguridad terrorista en el mundo -como si no bastara con la nuestra-, los viajes de tantos de nosotros - estuve en Berlín el año pasado, es una ciudad espectacular, - yo estuve en cambio en Buenos Aires, -y yo en Madrid-, las aventuras laborales - imagínate que no se consigue lomito para hacer mis menús, dice la chef, -Yo fui a sacarme el visado de EEUU y no pude, es que la ciudad esta hecha un asco dice otro, y un abogado estima que el peor error es decir que no se puede hacer algo que te pide tu cliente, ¡ como si sí se pudiera!.

La sorpresa del reencuentro con amigos que hace años no veía: el del restaurante de arepas de Nueva York, cuyo éxito todos vemos como algo que quisieramos para nosotros, y quien se admira del "éxito" que algunos han logrado aquí; La amiga perdida en el tiempo, cuya experiencia de maternidad ya cuenta 14 años, y uno sin empezar con el tema; la muchacha bella de siempre, que sigue tan bonita; el pana cuya esposa enigmática a veces no tiene pelo, otras tiene el pelo largo, y otras lo tiene azul, en fin la gama de personajes de siempre, abogados, administradores, arquitectos, diseñadoras, escritores, todos con algo que decir, algo que contar.

El ratón se me va pasando ya, el calor se disipa un poco, volteo y ante mi ventana, el magnífico Avila, con colores que el atardecer con sus rayos anaranjados hacen ver como si fuera de miel, estoy listo para otra igual.