sábado, 20 de noviembre de 2010

HISTORIAS DE AMARGURA


LA NAVIDAD ANTICIPADA

No entiendo la navidad desde octubre, es algo que excede mi capacidad de festejo, y créanme que tengo mucha, pero es que la cosa prefabricada, a juro, y extremadamente comercial me cae muy mal, la verdad.

Esa felicidad artificial, de afuera hacia adentro, es algo que me cuesta comprender y respetar, porque se me hace fatua, falsa, manipulada, y muy superficial.

No comprendo eso de los arbolitos de navidad de plástico y demás adornos de navidad en venta desde octubre, las gaitas maracuchas anunciando la navidad, el plato navideño en los restaurantes desde antes de que puedas olvidarte de las vacaciones de verano, y cuanta pendejada que sea vendible, nos alarga una época que debe durar lo que dura, ni más ni menos, sobre todo porque no hay ningún motivo para que sea más larga la festividad que celebra el nacimiento del niño Jesús y el fin de año.

No sé yo si ésto habla de una cualidad o de un defecto nuestro. Cualidad porque parece que sin importar lo que pase en éste país al que le han caído las siete plagas de Egipto, no paramos de vivir y de celebrar lo que sea, arma mortal contra el afán de destrucción del Chavismo, y/o Defecto porque se estaría revelando una inmensa superficialidad, la cual no nos llevará a la construcción de la sociedad que tantos deseamos ver. ¿Cuál será el caso?



EL CELULAR Y SU ROBO

Pedrito gana 3 mil bolos mensuales, le cuesta un mundo llegar a fin de mes, no tiene vivienda propia ni alquilada, vive arrimado en casa de una tía en El Valle en Caracas, con un inmenso esfuerzo propio y de sus padres, que viven en Acarigua, logró sacar Administración en la UCV, trabaja en una empresa en la que es Analista de Cuentas, está tratando de progresar, quiere un carro, quiere ese reloj Techno Marine que tiene su jefe, quiere esos zapatos Gucci que carga el Director de la empresa, quiere esa pluma Mont Blanc que tiene el abogado, quiere viajar a Orlando a ver a Mickey, quiere ese Black Berry…..

Pedrito quiere. Pedrito por alguna razón que no vamos a descubrir aquí, cree que el progreso es tener esa lista de cosas que alguien más tiene y alguien más decide son símbolos de estatus, lista que nunca termina, porque está diseñada para que la gente como Pedrito compre y compre y compre, de millones de Pedritos están hechas las economías en pleno ascenso y tambien la nuestra que está mas bien de bajada.

Pedrito con el mayor de los esfuerzos, y con la tarjeta que el Banco le dio, con 8 mil Bolívares de crédito, salió a comprarse su Black Berry, se compró uno de 2 mil Bolos, la renta mensual es de 200, y bueno ahora si se siente dentro de la crema en su oficina y con sus amigos, muy lejos está la posibilidad de casa, carro y viaje, así que ZAZ a gastarse esos reales ahora, que quien sabe a cuanto estará ese teléfono mañana, que lo que importa es hoy ¿no?

Pedrito está en la camionetica, su celular suena, él sabe que es peligroso, los cuentos de asaltos son miles, en Caracas sacar el BB en el autobús es demasiado arriesgado, sin embargo, está esperando una llamada y sucumbe, atiende el teléfono, se baja del bus, un motorizado le arranca de las manos en segundos el muy preciado aparato, su progreso. Se acabó el celular, se fueron esos reales, sigue siendo el mismo.

Esa es la historia diaria que se vive en éste país, el absurdo de adquirir cosas que están por encima de nuestras posibilidades económicas por las razones equivocadas vs. El horror de una inseguridad campante que por las mismas razones de Pedrito, pero con un método bastante menos esforzado, desea “progresar”.



CLÍNICAS / SEGUROS - Mejor no me enfermo

Uno sale de pendejo a pagar un seguro de HCM carísimo, creyendo que con eso tienes cubierto todo lo que te pueda pasar, cualquier cosa desde el ya tan común Dengue Hemorrágico, hasta una de esas cosas gravísimas que Dios lo proteja a uno de tener.
Y bueno llega el día en que te tienes que operar de digamos apendicitis, y te llevan a la clínica de emergencia, con tu carnet del seguro, cuando llegas y te dicen con un placer malévolo: Ah, pero ese seguro no está concertado con ésa clínica.

Ese día te enteras que tu seguro es más bien INSEGURO, que es mala paga, que no te cubre allí, que después de lo que has pagado igual te sale pagar a ti en la Clínica, y que probablemente te toque más bien irte a ruletear a un Hospital Público donde no hay nada con que atenderte, porque bueno ¿ De dónde vas a sacar la millonada que cobra la clínica?

¿Qué será lo que tiene que pasar en éste país para que las cosas dejen de ser irregulares y vuelvan a ser lo que dicen que son?

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La Amargura surge de vivir día a día acumulando frustraciones derivadas de miles de cosas como éstas tres, que involucran presiones sociales, realidades aplastantes y obstáculos para el bienestar y la felicidad. No podemos dejar que tanta adversidad nos gane la partida, seamos mas nosostros mismos y luchemos por un país donde podamos vivir en paz.

viernes, 4 de junio de 2010

ENTRE ALBUMES Y BARAJITAS....


Sobre álbumes se ha hablado mucho en la vida, todos hemos coleccionado barajitas de algún tipo en algún momento, y yo no he sido la excepción, aunque no pueda contar que haya tenido aventuras desbarrancadas de emoción por el tema.

Cuando era niño, nunca me interesó demasiado coleccionarlas, hoy creo entender que nunca pude manejar el tema de la frustración que me generaba la barajita repetida, y la sensación de nunca terminar de llenar el álbum. Sin embargo tuve varios, entre los que se cuenta el impelable del baseball venezolano, alguno del mundial de fútbol, y otro que recuerdo era de cromos de las comiquitas de televisión.

También coleccioné las barajitas de cartón del baseball gringo que venían en las cajas de cereales, esas no tenían álbum, el concepto era otro, tenían una cantidad inmensa de información escrita por detrás, averages, efectividades, outs, strikes y carreras, todo eso y más, pero me duraba lo mismo que el verano en el campamento, un par de meses y ya.

De todo eso, lo que mas disfrutaba era el cambio de barajitas, me iba con mis bolsillos llenos con los cromos repetidos a hacer negocio con los amigos en el colegio, unas veces la transacción era totalmente consensual, es decir: - Chamo tengo la de fulano, tu? - Que va esa es la que necesito, te la cambio por la de sultano…. - dale , y así negociabas tu cosa con los demás, jamás se cambiaba dinero solo las barajitas. Otras, te jugabas los cromos, simplemente iban poniéndolos alternativamente, uno encima del otro y cuando tocaban repetidas gritabas RUNCHE y te cogías toda la paca de barajitas que estaba debajo de esa. No pocos pleitos y pescozones se repartían y recibían en esas lides.

Eran tiempos de niñez, y tiempos en los que efectivamente la vida era mucho mas tranquila, y en la que los escapes, aunque siempre necesarios, no tenían la preponderancia que tienen en la vida actual, en la que permanentemente requerimos, al menos los venezolanos, escaparnos, cuando menos a otras dimensiones mentales.


De adulto jamás he coleccionado nada, a pesar de que en mi entorno abunda la gente grande que colecciona las barajitas del mundial, pero he sucumbido, y es que no encuentro en que guarecerme, no hallo más temas para hacerme el loco con el país, en medio de la dificultad que trae aparejada la vida en esta tierra, con escasez de comida, cero acceso a moneda extranjera, y en pleno momento de arreciamiento de la promesa comunista de la que hemos venido haciéndonos los locos durante 11 años, me tienen atrapado, tengo que distraer mi atención, debo seguir la tradición nacional de no actuar en consecuencia a la magnitud de los hechos.

Así es, parece que el álbum de la FIFA 2010 va a tener que suplir mi ya practicada costumbre de no escuchar, no ver y no decir en éstos tiempos que ya suman mucho, se va a convertir en mi refugio para no creer lo que se nos viene encima, y así en una maniobra tipo El Secreto, quizá de solo no hacerle caso, vengo y me atraigo mas bien una vida que gire en torno a la adrenalina del mundial de futbol, que me deje por favor en un loop de emoción y GOOOOOL para siempre, lejos, muy lejos del veneno nacional, y mas importante aún, lejos de poder hacer algo al respecto.

lunes, 24 de mayo de 2010

EL TAPARO

Entré y salí como un suspiro renovador, llegué justo a tiempo y nos embelezamos de vida y emoción, le pusimos luz, y lo echamos a andar.



Llené cada espacio, ocupé su corazón y entré en el lugar, me metí en cada grieta y ese lugar se metió en mi alma igual que ella.

Noches de insomnio, tiempos movidos por elecciones, música de fondo en la madrugada, silencio ocasional, espacio de amor y de ilusión, la moto, el acomodo de dos vidas en una, dificultades, aciertos y éxitos, viajes, retos grandes, compromiso, R-Clío, trabajo, el pingüino refrescador, los tomates en el freezer, las copas de vino, la reja trabada, la comida todos los días, desayunos de domingo en la sala, aprender a convivir, tranquilidad, llanto, felicidad, tristeza, rabia, risas, espacios confiscados, lámparas nuevas, caricias, sentimientos, electrodomésticos, pasión y mas pasión y luego…. Mas pasión, música, familia, amigos, ella y yo.



La última noche que dormimos allí, fue larga, llenos de miedo y expectativa por el camino emprendido y con la certeza de seguir adelante, en medio de una mudanza. Volví, solo a buscar cosas, cerrar roturas, recoger lo que se había dejado atrás y despedirnos del lugar.

Cerramos El Taparo. Seguimos adelante.

viernes, 30 de abril de 2010

ASI LO VEO

Un paseo por todos los municipios, desde Libertador hasta El Hatillo, en carro y con carros protagonizando siempre, por supuesto, es la manera de moverse en Caracas.

Las arboladas avenidas de La Castellana, la "otra vez puesta a funcionar" Fuente de Plaza Venezuela, El Barrio invisible que está frente al Pueblo El Hatillo, Las vistas desde las colinas, El Avila siempre.

Así lo veo, cada día haciendo las colas, metido en mi carro.