martes, 20 de noviembre de 2007

ES CUESTIÓN DE SUERTE


La Suerte. La suerte es una circunstancia en la que se haya todo aquel que deseando ó no que algo ocurra, le ocurre, sin que dependa de él mismo ó de otro. Claro puede ser mala ó buena suerte, depende.

Suerte fue por ejemplo, el día en que me bajé borracho del taxi en Madrid e inmediatamente noté que había dejado mi cartera – mala suerte- al día siguiente completamente entregado al hecho de que había perdido mis reales y mis documentos, en la Universidad, me dice la señora de la recepción, que ha llamado un tal Mauricio, quien sabe donde está mi cartera, me da un número de teléfono para que le llame, y resulta ser mi amigo colombiano, a quien una cuarta persona le llamó porque encontró dentro de mi cartera su número, y le dice que puedo pasar al Hotel Tryp Gran Vía a buscarla, donde efectivamente la recogí con todo dentro, dinero y documentos – buena suerte.

La vida está llena de episodios así, la SUERTE de encontrarse un dinero en la calle, o la MALA SUERTE de perder la llave de la casa, la SUERTE de encontrarse con alguien a quien querer, ó la MALA SUERTE de que tenga ya pareja. En fin existe toda una gama de hechos que no controlamos y que pueden o no ocurrir, y ser adulto implica lidiar con eso y uno se acostumbra y hasta desarrolla la capacidad de disfrutar de ese azar.

Lo que nunca uno podría imaginarse, es que se deba contar con LA SUERTE para lidiar diariamente con todo lo que forma parte de aquello que damos por descontado, es decir, todas las actividades que son automáticas en todo el mundo, comprar la comida, ir al trabajo, usar tu teléfono, en fin todo aquello que te permite dedicarte a lo que realmente exige un esfuerzo: trabajar, trabajar, trabajar.

Así pues, llegar en mi carro al trabajo requiere de SUERTE, pues en el camino puede ó no haber una manifestación descontrolada que me impida el paso, puede ó no estar el semáforo dañado; puede ó no haber un fiscal de tránsito preparado ó no para resolver el caos vehicular, en fin si hay SUERTE lograrás sortear esto y llegar, si no simplemente tardas 2 horas mas de las previstas.

De esa forma LA SUERTE es el factor fundamental a tomar en cuenta cuando voy al supermercado a comprar pollo, huevos, aceite, carne y leche, pues puede ó no haber llegado el camión que la trae; puede ó no haber suficiente para todos los que queremos comprarla; puede ó no estar acaparada por el comerciante y puede ó no el gobierno haber otorgado la licencia de importación a quien la trae – la leche- de Nueva Zelanda, donde puede ó no su productor querérsela vender a un tipo venezolano que a última hora descubrió que en el país no estamos produciendo.

Igualmente, es SUERTE lograr que la señorita que atiende, entienda cual es tu problema, esté dispuesta y/o suficientemente preparada para resolverlo, y no se tranque la conversación en la mitad del desesperado trámite, después de que una máquina te obliga a marcar 5 veces # 1, para asegurarse de que quieres hablar con un ser humano, y así resolver tu problema con el celular que hace una semana no te permite hacer llamadas pero igual te cobra.

Es SUERTE cuando hambriento compras tu arepa con asado negro para llevar, y el tipo que te atiende incluye en la bolsa el potecito con la salsita, que es la razón de tu compra, ó el chino del restaurante de siempre incluye la salsa de ciruelas para comerte las mini-empanaditas y demás frituritas chinas.

Es SUERTE que la señora que te ayuda en tu casa vaya el día que has acordado y por el que le pagas 40 mil bolos. Es SUERTE que puedas pasar el semáforo con luz verde para ti, pues siempre estará cruzando el peatón descuidado, el carro que apura a última hora, ó la moto que va en contra vía. También es SUERTE que el autobús pase a tiempo por la parada donde lo tomas, ó que quepas, Es SUERTE que a tu casa llegue agua potable de la red de distribución todos los días, es SUERTE sacarte el pasaporte y la cédula. SUERTE, SUERTE, SUERTE.

LA SUERTE tiene que ver, trágicamente, en mi país con cosas básicas, esas que todos hemos creído forman parte de lo común, y que según la ONU todos merecemos como mínimo, tener acceso a la salud, a la educación, al agua potable corriente, a la electricidad, al transporte, a la vivienda, a la dignidad, a proveernos de nuestro sustento, incluso el derecho a la vida es en este rincón del trópico UNA SUERTE.

Sigamos pues adelante y echemos los dados, y bueno ! Mucha SUERTE !

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Epa Ivanhoe. Muy bueno el articulo. Hablando de suerte, venimos llegando de Aruba y Luis hizo delicias en el casino. Dale un beso a la prima

Jose Urriola dijo...

Suerte fue aquél día en 4º año de la secundaria cuando saltamos por la ventana los 32 manganzones que éramos y nos escondimos de la profesora, que se asomaba con cara de confusión por la ventanilla del puerta y veía el aula desierta. En aquella época tú tenías un copete igualito al de Billy Idol -qué buena suerte-. Fue suerte porque luego nos enteramos de que ese piso sobre el que estábamos agachados toditos, sobre el que saltábamos, nos acostábamos, reptábamos era un piso falso, sin columnas ni vigas, una cosa puramente estética que soportó estoicamente no sé cuántos centenares de kilos. Y así es como este blog existe, entre tantas otras cosas, de pura leche.