martes, 19 de febrero de 2008

GRAFFITI - No la Tienda



Sin duda alguna el Graffiti es una forma de expresión, tan antigua como el hombre mismo.

El hombre del Neandertal, rayaba las paredes de sus cuevas y pintaba animales con rojos y blancos, que seguramente brillaban en las noches al calor del fuego, mientras intentaban dormir.

En Roma el Graffiti era muy común, todos los días aparecían en las paredes de los edificios pintas alusivas a los políticos, a las mujeres de grandes familias, y sobre cualquier tema que pudiera ocupar la atención del momento, debió ser como un baño público.

Desde muy niños los seres humanos tenemos la necesidad de expresar lo que vemos, y lo que sentimos a través del dibujo, y si es en una pared mucho mejor para desgracia de los padres, que luchan por contener a sus hijos y mantener sus casas limpias.

Recuerdo el día en que a Héctor se le ocurrió que debíamos pintar con tinta china las paredes de su cuarto, estuve 200% de acuerdo, nos pusimos en ellos inmediatamente, hicimos todo tipo de dibujos, chistes, y cualquier cosa que se nos pasara por la mente infantil de 9 años, el final de esta historia fue vernos cada uno con un balde de agua jabonosa y un cepillo limpiando el desastre, y un castigo por supuesto.

En la casa de algunos amigos, han tenido la grandiosa idea de colocar una pared completa tipo pizarra, es increíble ver a los adultos y a los niños concentrados escribiendo y pintando con tiza, la rayadera es pues algo natural aparentemente.

En la adolescencia muchos nos vimos empujados por una fuerza extraña que nos invitaba a rayar paredes, con mis amigos hice varias excursiones de este tipo, comprábamos spray de pintura negra, y se iniciaba el paseo, era como una competencia de creatividad, concentrándonos en los mensajes mas que en la estética, hasta que en una puerta el dueño de la casa cachó a Choza, y los demás nos piramos. Ese día aprendí algo sobre la solidaridad.

Aún hoy en día, me divierte horrores leer los mensajes vulgares e irrepetibles que las personas dejan en las puertas de los baños públicos, no puedo contener la risa cuando los leo, algunos tienen un contenido realmente censurado, el impulso por dejar plasmada una acotación solo se ve detenido por la sensatez adquirida después de adulto.

En Caracas han habido graffitis famosos, pintas impactantes por su calidad artística, y mensajes realmente escandalosos, la rayada de las paredes forma parte de la ciudad y en cierta forma retorcida tiene un encanto particular, pues como toda manifestación de la actividad del hombre no puede ser contenida, aunque en mas ocasiones de las que creamos daña fachadas y paredes deteriorando la ciudad.

Cosa distinta es el vandalismo que aparece disfrazado de Graffiti, y es que el Nor-Este de la ciudad se ha visto invadido por un deseo de destrucción, que indudablemente expresa el descontento de las personas. Rayar paredes de piedra, vallas publicitarias y señales de tránsito sobrepasa quizá el límite, si es que lo hay.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ivan Rojas:

Me es grato comunicarle que su blog ha sido distinguido con un premio. Si desea enterarse de los detalles, por favor, pase por mi blog, Resistencia Catia-Caracas, y en el comentario relacionado con el tema encontrarán las instrucciones en torno al premio si deciden aceptarlo.

Resistencia Catia-Caracas


http://resistenciacatiacaracas.blogspot.com/

Saludos


Katua

Solo C que no C nada dijo...

Pues si Ivanov, el hombre Neardental Grafitensis no desapareció, fíjate que aquí hay muchos coexistiendo aún, entre otros Pitecantropus Asesinus y Hominidus Ladronensis, aquí pululan.

IERL dijo...

Katya. Gracias por el premio, un fuerte abrazo.

JVR. No soy tan de la idea de que "Rayar Paredes" sea como asesinar y/o robar, eso creo que es mucho decir, sin embargo, es realemnte un tema de vandalismo que nos acosa, y forma parte del mismo tema de descontrol absoluto en que se vive en nuestro pais. Un Abrazo pana.

Solo C que no C nada dijo...

Es que yo tampoco, lo que quise decir es que hay otras especies aparte de la Grafitensis, en ningún caso he dicho que rayar paredes sea tan atroz como matar o robar.