miércoles, 1 de febrero de 2017

JACOBO

Jacobo es mi hijo, Jacobo Ignacio, su risa es suficiente para hacerme sentir feliz, independientemente de lo que pueda estar ocurriendo fuera de nuestra maravillosa relación padre-hijo.  Este niño cuya fuerza vital nos ha inspirado tanto, ya tiene 2 años.

Conozco a Jaco desde que era un embrión, literalmente, Jacobo es producto de la ciencia, fue mezclado inicialmente en una probeta, cual postre dulcísimo al que se le van agregando nuestros ingredientes en el tiempo y velocidad precisos, congelado, vitrificado en hidrogeno y luego implantado en el útero de su mamá, Raque.  

Ahí se completó el milagro de la vida, pues un concierto de amor y casi mágico entendimiento entre el endometrio pleno y listo para abrazar a este niño, y el embrión en estado de Blastocisto, lograron el momento mas tierno y bello, la anidación de su vida, la de Jaco, encontrando el cobijo perfecto que lo envolvió y alimentó en este Big-Bang poderosisimo, y el cual contenía a nuestro muchachito,  lo protegió durante todo su proceso de desarrollo y lo abrigó  hasta llevarlo a su nacimiento.

Nada alrededor de esta fabulosa historia fue fácil, pasamos 10 años haciendo de todo y sufriendo grandes decepciones, tristezas, y complicaciones hasta alcanzar nuestra meta.  Si, 10 años y 7 In-Vitros, toda una carrera paralela a la naturaleza y las probabilidades, llenos de un profundo amor, deseo y convicción de traer al mundo, ver crecer y educar, a nuestro adorado hijo.

El día que supe que Raque estaba embarazada estaba en la oficina, fue antes de que se hiciera el axamen “oficial”, después de tanto tiempo en esto, ya la complicidad de quienes facilitan esta maravilla y la necesidad de saber, desbordan lo imaginable, me dijeron que los niveles de HCG eran muy altos, luego vinieron las confirmaciones y el duplicar la hormona del embarazo a niveles estratoféricos. Lo habíamos conseguido, ya teniamos la tripulación.

La madrugada del 5 de enero de 2015, nos sacudió con la ruptura de la fuente, la gestación estaba apenas alcanzando el segundo semestre,  ¡24 semanas de embarazo! Lo dije antes, nada fue fácil; una semana después, con 25  de gestación Jacobo nació.

Era una fría mañana, el sol despuntaba por el Este como siempre, 6:00 am del 12 de enero en Caracas, lo vi nacer, mínimo, diminuto, pero lo mas grande que nunca vi, lo escuché llorar, muy bajito, pero decidido.  Le siguió Mariana, mi dulce niña, cantando Palomita Blanca, se fue a ver a Jesús.

En la planilla para el Acta de Nacimiento, escribí y dije en voz alta, con Raque al lado recién parida, nombre: JACOBO, y ella agrego… IGNACIO, y quedo este bebé de menos de 1 hora de nacido con este poderoso nombre:  Jacobo Ignacio, dedicado a San Ignacio de Loyola, a quien muchos le pidieron por nosotros y por él, y quien ocupo tambien nuestros ruegos a La Divina Pastora y mi Tatatica.

Nuestra felicidad por la llegada de nuestro niño tan esperado, iluminó el difícil y arriesgado momento, el camino iniciaba.  Jaco, el gran campeón,  receptor del amor infinito de sus padres, y las oraciones de todos, reunió sin saberlo personas de todas las religiones y en sitios distantes, desde donde pedían por el.  El, conseguía día con día librarse con éxito de los obstáculos que su excesivamente temprano nacimiento le impuso, y así fue andando “encangurado” por su mamita 1 hora diaria, decididamente hasta su segundo nacimiento, el día que se fue a casa con papi y mami.

El 24 de marzo de 2015, Jacobo conoció su casa y su cuarto, con un ventanal inmenso que deja ver El Avila en toda su esplendorosa plenitud, viendo al Avila en efecto.

Desde entonces las aventuras de Jacobinchi, se apoderan de nosotros, sus fotos pululan en telefonos, mensajes de Wassapp y su sitio en las redes, solo para quienes desean compartir su crecimiento y vida, ahora desde el Pacifico.

Jaco es el fruto de nuestro amor, de nuestra decidido empeño, y en definitiva lo mas grande que hemos visto frente a nuestros ojos, verlo crecer sano, fuerte, pleno, y sobre todo lleno de vida y felicidad, se ha convertido, en una perenne inspiración.

Jacobinchi, Tiburonsin, Jefesito, Jacoboignaz, que sigas cumpliendo muchísimos años mas.



1 comentario:

Unknown dijo...

Querido hermano, querido Kike, no podía ser menos especial la descripción de la llegada de Jacobito, a la vida de ustedes, sus papás y a la vida de todos sus familiares y gente amiga. Ha sido un encuentro con el inmenso amor y el alcance de lo deseado. Que la vida de nuestro adorado Jacobito sea siempre llena de alegría, amor y salud! 🙏😘💝