viernes, 7 de septiembre de 2007

SUBIR AL AVILA




Hace algunas semanas, uno de esos domingos que, finalmente, no tienes una invitación a comer con algún familiar, uno de esos en que decides que ya es hora de quedarte en Caracas y no ir a la playa ni ningún otro lado, y que además amaneces como con ganas de regalarte algo de bienestar, decidimos subir al Ávila.

Esta vez subimos por La Julia, entrada nueva para mi pues siempre he entrado por Sabas Nieves, pero como ésa entrada se ha vuelto tan popular, y lo que pulula allí es un desfile de modas de trapos y zapatos deportivos, así como de gente que va a lo mismo que al Sambil, solo que sudando, nos decantamos por algo mas al estilo de real descanso y desconexión.

Es siempre un placer vincularse con la montaña de Caracas, apenas entras sientes la diferencia, el verdor, que se hace especialmente exhuberante en esta época de lluvias, nos envuelve, los pájaros que vuelan y hacen sus ruidos y cantos nos maravillan, y los ruidos en el monte, de los otros animales rastreros, que se mueven a medida que uno pasa por el camino de tierra, te hacen sentir que la montaña está viva.

Siempre en este punto de la subida al Ávila, recuerdo los avisos de tránsito amarillos de prevención, los cuales cuando era niño advertían con un dibujo del animal saltando, la posibilidad de que un venado brincara sobre tu carro en la Cota Mil. Siempre soñé con que me pasara a mi, pero seguro hace ya mas de 30 años que ningún venado ha tenido la peregrina idea de lanzarse a la ciudad.

Andando, andando y andando, recuerdo aquel día en que Mauricio y su ahora esposa Silvia me invitaron con los Wachis a tomar jugo de mora en Galipán, hacía un calor infernal en Caracas y resolví ir en "shores y chancletas", pasé frío. La subida a Galipán es otra cosa, hay que subir 30 minutos en rústico (SUV), allí el frío me recordó que la montaña tiene la magia de hacer bajar la temperatura del trópico unos 10 grados, e incluso un poco mas. En otras ocasiones Galipán ha servido de sitio para comidas realmente especiales, en lugares desde donde puedes ver el mar Caribe, allaaaaá abajo.

La subida es realmente fuerte, La Julia no es igual que Sabas Nieves, quizá deba parar un poco, el corazón se me va a salir del pecho, Raque quedó atrás, me preocupo un poco, recuerdo el día en que subimos por Los Dos Caminos, José, María Eugenia, El Pollo, Nacho y yo, hasta La Piedra del Indio, ese día no había desayunado, era medio día y el calor casi me hace desvanecer, cuando coronamos la Piedra, comimos algo de fruta y bebimos agua, la vista desde allí es inigualable, sobre todo después de haberte esforzado tanto.

Es mejor no parar, lo que voy a hacer es bajar el ritmo, sigo caminando, es ya la segunda subida, ¡coño cuando llegaré! Un día subimos hasta La Cascada de Chacaito Merce, Nenena, José y yo, que frías son esas aguas, pero que divino es mojarte con ropa allí, en esa ocasión aprendimos a gritar cualquier idiotez desde el tope de la montaña, el sonido del eco te da un poder vocal que quisieran muchos cantantes tener.

Cuando a mediados de los 80 reabrieron el teleférico, ese que era rojo, que cargaba 20 personas sentadas y que tenía que parar en la mitad del trayecto, subí varias veces con mis amigos del colegio, era otra Caracas.

Siempre escuche los cuentos de mis padres que, cuando jóvenes, subían a patinar en hielo en la pista que el dictador Perez Jiménez había colocado en el Hotel Humboldt – cerrado desde los años 70-. En los pocos años que funcionó el teleférico, y gracias a las explicaciones de mi cuñado suizo, de apretar fuerte los cordones de los patines en los tobillos, aprendí a patinar en hielo.

El Hotel Humboldt, nunca volvió a funcionar, aún así sus salones se han abierto para algunas fiestas y celebraciones, en diciembre de 2005 estuvimos Raque y yo en una fiesta casi “rave” del grupo Masseratti 2000 lts., fiesta en la que, entre las nubes que cubrían el hotel, bailamos al ritmo de la música electrónica hasta casi el amanecer.

Uff! Todavía tengo que subir esta última cuesta, ¡es super empinada! El teleférico volvió a abrir hace unos años, con unos carritos renovados y modernos. La vista desde allá arriba es perfecta, el mar Caribe que se confunde con el cielo por un lado y por el otro Caracas en pleno, la ciudad tiene un lejos espectacular.

Me decido a seguir sin parar subiendo esta cuesta larguísima y final, que me llevará hasta la Estación de Guardaparques La Julia, el esfuerzo es inmenso, pero la satisfacción al llegar no tiene precio, una vez mas estoy en El Ávila, respiro profundo el aire puro de la montaña, ardillas, y guacharacas protagonizan la escena, abajo en Caracas la vida sigue, para mi, por un rato, todo se detiene.

16 comentarios:

Jackie dijo...

Es decir que yo no era la única que soñaba con el brinco del venado...


Ahora que vivo en Canadá, un venado cruzando la Cota Mil me parece surrealista, pero qué ilusión me hacía ese cartel.

Curiosa dijo...

Desde los 13 años subí a La Julia,ahora que no puedo hacerlo lo extraño mucho y lo disfruto atraves de los demás. Mi papá si sube religiosamente.
A mi la subida de SabasNieves nunca me ha gustado,prefiero La Julia.
Saludos

Curiosa dijo...

Ahora que leo a Jacqueline recuerdo a El Oso, el que era guardaparque sde la julia cuando nos echaba el cuento del venado en la julia,si era cierto,ahora ya no creo. Lo que yo si he visto son cunaguaros, zorros, culebras.

Solo C que no C nada dijo...

Eso solo muestra lo viejo que estas, ya no puedes con la Julia.

Para aquellos que recuerdan el cartelito del Venado, les digo que nuestra surrealista Caracas nos trae la sorpresa del León suelto por las inmediaciones de Club de Campo, ese ejemplar fue uno que se escapo del Parque el Pinar hace como 2 años según lo que he oído.

lib:lab dijo...

ah, pero el cerro aún nos manda otros animalitos un poco menos glamorosos: los rabipelaos con tamaños espeluznantes, que se roban los mangos de quienes tienen el gusto de vivir en sus faldas.
Por fortuna casi todos, los que vemos el Avila desde lejos o los que están en su pie, podemos despertarnos con el griterío de un grupo de guacamayas que llegan a hacer alboroto a algún arbol cercano. ¿No es eso exótico?

Anónimo dijo...

Magnífica descripción de la montaña. El Avila es precioso y llamativo; desde mi niñez he amado la montaña, nací en ella (Mérida) y anduve con mi padre, médico rural, por la montañas de Trujillo (La Quebrada), Mérida(Mucuchíes) y, finalmente, las Cinco Aguilas Blancas, El Valle, La Culata y el Páramo de Los Conejos.
Me encantaba caminar por todas ella. Algún día volveré y quizás me quedaré allí.
JIRR

Buensancho dijo...

Estimado amigo, si le parece bien, sírvase pasar por mi blog a retirar un merecido premio

Anónimo dijo...

Amigo Iván, aunque he visitado con asiduidad este espacio no he dejado mayor comentario...pero sigo viniendo por lo interesante de los relatos que aquí encuentro.

Te he nominado en consecuencia para un award que se otorga al blog que hace pensar

Saludos!

Los BenshiHoff dijo...

Como olvidar los shores y las cholas... entre otras cosas memorables de ese dia!

Catalina dijo...

La Julia es lo mejor! que comico, antes era Saba Nieves el lugar por donde subia toda la "moda" jajajaja!

El oso! curiosa! también lo conocia.

Anónimo dijo...

Hoy cuando estaba con mis papas por la cota mil rumbo a la castellana sentido oeste, a nivel de la salida de altamira vemos q los carros se detienen, y la sorpresa es que un venado matacan estaba cruzando la via, la gente se detubo no pude ver bien si estaba herido debido a q estaba como a unos 20 metros con varios carros por delante, cuando pasamos no lo vimos asumimoss q bajo hacia la otra via de la autopista. ojala no le haya pasado nada.

ana dijo...

yo subo por salas nieves con mi hija y hijo,muy agradable subir. lo que si e notado es que unos señores que estacionan los carros un peruano y otro moreno como colombiano mas abajo no dejan parar los vehiculos, estacionan a quien ellos le parece acaso ellos son dueños del espacio publico, y llaman a los policias d la cuadra d ariba para que saquen a quien ellos no quieren una mafia ayyyy quien no paga lo sacan y pagar lo que ellos les gusta no una cantidad acorde al usuario. nadie se queja de esos ladronesssssss...

Anónimo dijo...

hola me encanta subir entreno 4 dias a la semana sabas nieves, ayyyy pero que fastidio al llegar ariba ay unos viejossss que agaran toda el campo donde camina el publico con una pelotica que fastidiosos son no dejan caminar y depaso puros viejos verdesssss...

Anónimo dijo...

siiii que comico yo los e visto hay un señor mayor que usa interiores juega hay con esa gente d la pelotica en interiores que viejo tan ridiculo,,, yo subo por la julia ahora.

Anónimo dijo...

bueno no se que les pasa a los hombres mañores estan como cada dia mas raros ese señor yo lo e visto y si es verdad usa interiores ariba en sabas niebes, por dios....

Anónimo dijo...

Hay si aun estan esos viejos no dejan caminar hacen una rueda quitandole el espacio a la gente que desea caminar, y el viejo del interior si aun se lo pone le debe d jederrrr siempre usa el mismo....