Jacobo es mi
hijo, Jacobo Ignacio, su risa es suficiente para hacerme sentir feliz,
independientemente de lo que pueda estar ocurriendo fuera de nuestra
maravillosa relación padre-hijo. Este
niño cuya fuerza vital nos ha inspirado tanto, ya tiene 2 años.
Conozco a Jaco
desde que era un embrión, literalmente, Jacobo es producto de la ciencia, fue mezclado inicialmente en una probeta, cual postre dulcísimo al que se le van agregando nuestros ingredientes en el tiempo y velocidad precisos, congelado, vitrificado en hidrogeno
y luego implantado en el útero de su mamá, Raque.
Ahí se completó el milagro de la vida, pues un concierto de amor y casi mágico
entendimiento entre el endometrio pleno y listo para abrazar a este niño, y el
embrión en estado de Blastocisto,
lograron el momento mas tierno y bello, la anidación de su vida,
la de Jaco, encontrando el cobijo perfecto que lo envolvió y alimentó en este Big-Bang poderosisimo, y el cual contenía a nuestro muchachito, lo protegió durante todo su proceso de
desarrollo y lo abrigó hasta llevarlo a
su nacimiento.
Nada alrededor de
esta fabulosa historia fue fácil, pasamos 10 años haciendo de todo y sufriendo
grandes decepciones, tristezas, y complicaciones hasta alcanzar nuestra
meta. Si, 10 años y 7 In-Vitros, toda una carrera paralela a
la naturaleza y las probabilidades, llenos de un profundo amor, deseo y
convicción de traer al mundo, ver crecer y educar, a nuestro adorado hijo.
El día que supe
que Raque estaba embarazada estaba en la oficina, fue antes de que se hiciera
el axamen “oficial”, después de tanto tiempo en esto, ya la complicidad de
quienes facilitan esta maravilla y la necesidad de saber, desbordan lo
imaginable, me dijeron que los niveles de HCG eran muy altos, luego vinieron
las confirmaciones y el duplicar la hormona del embarazo a niveles estratoféricos.
Lo habíamos conseguido, ya teniamos la tripulación.
La madrugada del
5 de enero de 2015, nos sacudió con la ruptura de la fuente, la gestación
estaba apenas alcanzando el segundo semestre, ¡24 semanas de embarazo! Lo dije antes, nada
fue fácil; una semana después, con 25 de gestación Jacobo nació.
Era una fría
mañana, el sol despuntaba por el Este como siempre, 6:00 am del 12 de enero en
Caracas, lo vi nacer, mínimo, diminuto, pero lo mas grande que nunca vi, lo
escuché llorar, muy bajito, pero decidido.
Le siguió Mariana, mi dulce niña, cantando Palomita Blanca, se fue a ver
a Jesús.
En la planilla
para el Acta de Nacimiento, escribí y dije en voz alta, con Raque al lado
recién parida, nombre: JACOBO, y ella agrego… IGNACIO, y quedo este bebé de menos
de 1 hora de nacido con este poderoso nombre: Jacobo Ignacio, dedicado a San Ignacio
de Loyola, a quien muchos le pidieron por nosotros y por él, y quien ocupo tambien nuestros
ruegos a La Divina Pastora y mi Tatatica.
Nuestra felicidad
por la llegada de nuestro niño tan esperado, iluminó el difícil y arriesgado
momento, el camino iniciaba. Jaco, el gran
campeón, receptor del amor infinito de
sus padres, y las oraciones de todos, reunió sin saberlo personas de todas las
religiones y en sitios distantes, desde donde pedían por el. El, conseguía día con día librarse con éxito de los
obstáculos que su excesivamente temprano nacimiento le impuso, y así fue
andando “encangurado” por su mamita 1 hora diaria, decididamente hasta su
segundo nacimiento, el día que se fue a casa con papi y mami.
El 24 de marzo de
2015, Jacobo conoció su casa y su cuarto, con un ventanal inmenso que deja ver El Avila
en toda su esplendorosa plenitud, viendo al Avila en efecto.
Desde entonces las aventuras de Jacobinchi, se apoderan de nosotros, sus fotos pululan en telefonos, mensajes de Wassapp y su sitio en las redes, solo para quienes desean compartir su crecimiento y vida, ahora desde el Pacifico.
Jaco es el fruto
de nuestro amor, de nuestra decidido empeño, y en definitiva lo mas grande que
hemos visto frente a nuestros ojos, verlo crecer sano, fuerte, pleno, y sobre todo
lleno de vida y felicidad, se ha convertido, en una perenne inspiración.
Jacobinchi,
Tiburonsin, Jefesito, Jacoboignaz, que sigas cumpliendo muchísimos años mas.
1 comentario:
Querido hermano, querido Kike, no podía ser menos especial la descripción de la llegada de Jacobito, a la vida de ustedes, sus papás y a la vida de todos sus familiares y gente amiga. Ha sido un encuentro con el inmenso amor y el alcance de lo deseado. Que la vida de nuestro adorado Jacobito sea siempre llena de alegría, amor y salud! 🙏😘💝
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